Bienvenido al Blog Oficial de la Agrupación Socialista de Cadalso de los Vidrios. Un Blog donde podrás encontrar toda la información necesaria sobre el proyecto que, junto contigo, queremos crear para el futuro de Cadalso de los Vidrios.

¡¡Participa!! Dinos qué Cadalso quieres para los próximos años. Nada tendrá sentido sin tu opinión, porque trabajamos para tí.


viernes, 7 de junio de 2013

REGRESO AL PASADO




Hace ya algunos días que el Consejo de Ministros aprobó el Anteproyecto de Ley de Mejora de la Calidad de la Educación (LOMCE), más conocida como la Ley Wert, para que se inicie su trámite parlamentario. Una ley que se ha elaborado de espaldas a la Comunidad Educativa. Todos -profesores, alumnos, asociaciones de padres y madres, sindicatos y partidos políticos de todos los colores (incluidos algunos barones del PP)-  han manifestado de diversas maneras su rechazo.

En 1970, aún bajo el régimen franquista, la Ley General de Educación […] supuso un avance en el momento de su aprobación. Con ella, se eliminaban las reválidas, se consolidaba la coeducación de niños y niñas juntos y asumía, tímidamente, algunos postulados de las teorías psicopedagógicas dominantes en la época en los países más avanzados. Estableció la obligatoriedad y gratuidad de la educación básica hasta los 14 años e introdujo una nueva estructura de las enseñanzas, con la EGB (Enseñanza General Obligatoria), el BUP (Bachillerato Unificado Polivalente), el COU (Curso de Orientación Universitaria) y la FP (Formación Profesional). Todo lo contrario de lo que hace la ley Wert.

Si hacemos un repaso por el resto de leyes de la era democrática, vemos que la Ley Orgánica del Estatuto de Centros Escolares (LOECE), que entró en vigor en junio de 1980 (bajo el Gobierno de UCD), introdujo un modelo democrático en la organización de los centros docentes y reguló la creación de las asociaciones de padres de alumnos. La Ley Orgánica Reguladora del Derecho a la Educación (LODE), aprobada en 1985 por el gobierno del PSOE, reguló el antiguo sistema de subvenciones a colegios privados para que cumplieran requisitos de admisión como en los públicos y contempló el derecho de la comunidad educativa a participar en la gestión y funcionamiento de los centros docentes sostenidos con fondos públicos, a través de los consejos escolares. La Ley Orgánica de Ordenación General del Sistema Educativo (LOGSE), también aprobada con gobierno socialista en 1992, introdujo la escolaridad obligatoria hasta los 16 años, el descenso de 40 a 25 alumnos por clase y la enseñanza de asignaturas impartidas por profesores especializados (en idiomas, música o educación física). Formando parte del desarrollo normativo de la LOGSE, en noviembre de 1995 se aprueba la Ley Orgánica de Participación, Evaluación y Gobierno de los Centros Docentes (LOPEGCE) que otorgaba a los centros una mayor autonomía y obligaba a los colegios concertados a admitir a alumnos pertenecientes a minorías sociales. Hasta aquí, hemos narrado casi 30 años de avances.

La llegada al poder del PP de Aznar nos trajo la Ley Orgánica de Calidad de la Educación (LOCE), aprobada en diciembre de 2002 y en vigor desde 2003, aunque su aplicación fue interrumpida en 2004, tras el regreso del PSOE al Gobierno.

Así llegamos a la Ley Orgánica de la Educación (LOE), en vigor desde mayo de 2006 bajo gobierno del PSOE. Esta ley derogó la LOGSE, la LOPEG y la LOCE, pero convive con la LODE de 1985. Entre las novedades, la ley incluía la asignatura de educación para la ciudadanía y mantenía la religión como oferta obligada en los centros, pero optativa para los alumnos. Permite pasar de curso al superar todas las materias o con dos suspensos, como máximo, en contra de las muchas barbaridades que se han dicho.

De todas estas leyes, la que más apoyo parlamentario obtuvo fue la LOGSE, aprobada el 28 de junio de 1990 con 198 votos a favor 69 en contra y 3 abstenciones. Siendo el Partido Popular el único que no participó del consenso.

En el último periodo de gobierno socialista, el exministro Ángel Gabilondo intentó, por todos los medios, llegar a un Pacto de Estado, asumiendo en la elaboración de la LOE, la mayoría de las propuestas que hizo el PP. Un PP que rechazó finalmente llegar a un acuerdo solamente para “no regalar una foto al ministro”, según palabras de alguna representante destacada del partido.

Y este es el único motivo del gobierno para modificar la ley. De hecho la LOMCE se presenta como una modificación de la LOE, actualmente vigente. Y es por eso por lo que nos encontramos ante el anteproyecto de ley educativa más descaradamente ideológico de la democracia.

La LOMCE es una ley muy conservadora y marcadamente influida por el pensamiento neoliberal y por los intereses de algunas empresas y de la Iglesia Católica. Analizamos algunos de sus ejes principales:

1.    Tiene un marcado enfoque mercantilista. Entiende la educación como una oportunidad de negocio, en lugar de ser un derecho fundamental, reconocido en el art. 27 de la Constitución Española. Pone el sistema educativo al servicio de los mercados y se sustituye el ideal de educar ciudadanas y ciudadanos por el de preparar mano de obra para el mercado laboral.

2.      Concibe la educación como una carrera de obstáculos con múltiples reválidas, devolviéndonos a la escuela de los años 60 y poniendo de manifiesto una tremenda desconfianza en los profesionales de la educación y en el esfuerzo que los alumnos han hecho a lo largo de cada curso para aprobar sus asignaturas. Si las reválidas no se aprueban, no se tendrá el título correspondiente aunque hayas aprobado todas las asignaturas en Primaria, en la ESO o en Bachillerato, por ejemplo. Aprobados sin título. Así que la función de la escuela se reducirá a la preparación para la superación de esas pruebas, en lugar de favorecer un verdadero aprendizaje integral.

3.      Es clasista y segregadora, a través de itinerarios selectivos y tempranos. El objetivo es expulsar del sistema educativo, cuanto antes, a los alumnos menos brillantes. Además, devalúa la Formación Profesional, que se considera una vía de segunda clase, solo apta para los alumnos más desfavorecidos.

4.      Socava la participación democrática de la comunidad educativa en los centros. El Claustro de Profesores y el Consejo Escolar pierden TODAS sus funciones como órganos de representación y gestión. Reconociéndoseles únicamente carácter consultivo.

5.      Introduce la “gestión empresarial” de los centros y su financiación según resultados, ordenándolos en rankings. Consolidará las diferencias entre centros de “élite” y centros del “montón”. Creando auténticos “guetos” en los centros situados en las zonas más desfavorecidas socialmente (por ejemplo, los situados en zonas rurales, donde solo hay un colegio). No se propone mejorar los centros con peores resultados, sino premiar los que los obtengan mejores, sin tener en cuenta el tipo de alumnado “escogido” que pueden tener esos centros.

6.      Fomenta el negocio educativo y “legaliza” los conciertos con centros que discriminan por razón de sexo. Hasta ahora solo la comunidad de Madrid admitía dar subvenciones a colegios privados concertados que separaban niños y niñas. Ahora, esta práctica podrá ser habitual y legal, y financiada por todos.

7.      Tiene un marcado carácter antipedagógico. Rechaza todos los avances que se han producido en el estudio e investigación de las Ciencias de la Educación, sustituyendo las teorías científicas sobre el aprendizaje por una serie de “mantras” neoliberales y ultraconservadores como la teoría de “los diferentes talentos”, la de la “cultura del esfuerzo” o el “desarrollo de capacidades emprendedoras”. Teorías tremendamente ideológicas y escasamente científicas.

8.      Confiere a la escuela un carácter confesional absolutamente impresentable en una sociedad moderna y democrática.

9.      Persigue el control ideológico de la escuela, con un sistema de selección de la dirección de los centros totalmente discrecional para la Administración. Y confiriendo a los directores un poder omnímodo, recalcando además su función como “representante” de la misma en el centro y abriendo la puerta a que puedan seleccionar al profesorado “a dedo” y encomendar la dirección de los colegios públicos a gestores privados y ajenos al mundo de la enseñanza.


Por todos estos motivos exigimos la retirada de una ley partidista, injusta y antisocial que solo pretende fomentar la desigualdad de clases sociales; y que nos retrotrae al periodo más oscuro de nuestra historia. EXIGIMOS LA RETIRADA DE LA LOMCE

No hay comentarios:

Publicar un comentario